En estos tiempos en que el
"desarrollo sostenible de la caza" es una preocupación cada vez más
sentida, el menor de los cérvidos cobra importancia por derecho propio. La
dificultad de su captura así como el atractivo de su hábitat hacen que día
a día aumente el número de aficionados a este "pequeño de la caza mayor".
El rececho favorece el mantenimiento de los recursos cinegéticos y asegura
la permanencia de una forma de caza tradicional muy interesante, no solo
para el aficionado, sino también para sectores como la hostelería o las
agencias de viajes. |
FICHA
TECNICA |
DESCRIPCION: Pequeño cérvido, de entre 17
y 25 kgs. de peso, y altura a la cruz de 68 cts. aproximadamente en
España y algo más pesados en centro y norte de Europa. Esbelto y
ágil de movimientos, de característico ladrido cuando es molestado y
cuando defiende su territorio.
Librea invernal pardo grisácea con dos manchas
blancas en la garganta y cuello, tornándose rojiza y corta en
verano. Nariz negra que contrasta con el labio y barbilla blancos.
Cola reducida. Escudo anal blanco, con forma de riñón en el macho y
de corazón invertido en la hembra, distintivo muy claro en el campo.
Otra forma de sexaje es la silueta, más robusta en la parte anterior
en los machos, la forma de orinar o los genitales.
La huella del corzo, sin diferencia apreciable
entre ambos sexos, es pequeña y puntiaguda(4,5 cm de longitud y 3 cm
en su parte más ancha), siendo la impresión plana al extenderse la
almohadilla hasta la punta.
La cabeza de los machos en
su primer año muestra cortos pivotes entre agosto y febrero, varas
rectas entre mayo y noviembre de su segundo año, alcanzando el
trofeo completo en su tercer año, con unas cuernas cortas de tres
candiles, que alcanzan su máximo desarrollo entre los 3 y 5 años de
edad, perdiendo posteriormente fortaleza y
calidad. | |
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Caediza en Octubre o Noviembre; el
crecimiento de la nueva testuz se completa en Marzo, perdiendo en esa
época el terciopelo que la recubre frotando los cuernos contra árboles y
arbustos. |
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ALIMENTACIÓN: Herbívoro, fundamentalmente
ramoneador. Consume distintas herbáceas, zarzas, brotes, hojas y frutos de
árboles y arbustos. Su sistema digestivo le obliga a tomas de alimento
frecuentes en intervalos cortos de tiempo. |
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HABITAT: Frecuenta la periferia de los
bosques cercana a zonas de cultivo o de matorral, sitios con
abundantes claros, pero con posibilidad de refugio y en donde
encuentra un alimento más digestivo y de mayor calidad
nutritiva.
Prefiere las zonas
forestales a los descampados, donde es más vulnerable a depredadores
y adversidades climáticas. No obstante en gran parte de Europa
central se está adaptando progresivamente a los campos de cultivo,
con escasa o nula presencia de bosque, con un comportamiento
gregario, formando grupos numerosos. |
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BIOLOGIA Y
COSTUMBRES: Es animal polígamo, muy territorial y los machos
marcan su territorio con señales olorosas y descortezamiento de ramas y
tallos con sus cuernos. El celo sucede entre Julio y Agosto, caracterizado
por las carreras de los machos tras las hembras, mientras que el parto no
se produce hasta la bonanza climática de Mayo y Junio.
Una camada al año, en parideras fijas a las que se
dirigen las corzas todos los años, de dos crías normalmente(corcinos), de
un peso de 1,5 a 2 kg., y que pocas horas después de nacer se levantan y
empiezan a mamar, alejándose a continuación de la paridera para evitar ser
sorprendidos en ella por sus tradicionales predadores en ese momento,
zorros y jabalíes. Los siguientes días permanecerán echadas entre la
vegetación a la espera de la corza que vendrá a amamantarlos. Hasta los
cinco meses exhiben la piel moteada, permaneciendo con la madre hasta la
época de partos del año siguiente. Madurez sexual a los 12 meses.
Las hembras pueden parir hasta los 15 o 16 años y la tasa
de fecundidad, en España, suele oscilar entre 1,4 y 1,8 en función del
hábitat y características de la población corzuna. |
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DISTRIBUCION: Hoy día se
calcula que hay más de 35.000 ejemplares por toda España, ahora
bien, con un gran desequilibrio entre unas zonas y otras. El área
Cantábrica (del País Vasco a Galicia) es la que registra un
crecimiento de la especie más estable en los últimos años, hasta el
punto de que se ha visto algún ejemplar en áreas industriales de
Vizcaya, destacando los Ancares leoneses y las provincias de Burgos,
Soria y La Rioja.
Tras décadas en que ver a un corzo por los valles
pirenaicos era un acontecimiento, los 90 asistieron a la
recuperación y progresiva expansión de esta especie en el área
comprendida entre la provincia de Guipúzcoa y la de Gerona, tanto es
así que actualmente está considerada como una de las zonas con más
alta concentración de corzos en toda la península. |
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Hacia el Sur el panorama se vuelve un poco más
gris; si bien el Sistema Ibérico y el Central están experimentando
un crecimiento similar en este fin de milenio en cuanto a
poblaciones de estos cérvidos, todavía no llegan a registrar índices
tan altos como los del área Cantábrica.
Después de un continuo retroceso durante todo el
siglo, que ha acabado con el corzo en la provincia de Jaén, parece
que se ha estabilizado el número de poblaciones en la zona de
Andalucía, en Sierra Morena y Sierra de Grazalema, en Cádiz.
En Europa se encuentra ampliamente distribuido,
destacando sus poblaciones en Alemania, Austria, Francia, Suecia,
Hungría,
Polonia... | |
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SU
CAZA:
La mejor hora para su caza
es al amanecer, andando lentamente y registrando con los prismáticos
cada linde de pradera o claro de bosque al que lleguemos. Su oído y
olfato son prodigiosos, en cuanto a la vista hay opiniones
encontradas, pero caso de que el animal muestre la más mínima
inquietud vale mas inmovilizarse y aguantar su curiosidad (que a
menudo le pierde) y no intentar ocultarse precipitadamente, pues el
movimiento seguro que nos delataría. |
Al atardecer y si se
conocen sus "querencias", da muy buen resultado la espera. Es otro
estilo de caza (descansada desde luego y relajante en lo que
concierne a saborear el "silencio" del campo).
Arma rayada y provista de
mira telescópica (con el mejor índice crepuscular posible y de 3 a 6
aumentos), siendo aconsejables igualmente unos primáticos de 7 a 10
aumentos para su mejor localización y juicio del posible
trofeo.
Apreciable el monotiro
(menor peso) en calibres "ligeros"; 243 W (bala de 100 grains), 6,5
x 57 (100/127 grains), 270 W(130 grains) serán suficientes, si bien
el corzo no es tan blando como algunos piensan y bien alcanzado, a
veces hay que buscarle algunos metros más de los esperados a partir
del lugar del impacto.
Indudablemente pueden
utilizarse igualmente calibres más elevados, desde el 7x57 al 30.06
(150 grains máximo). |
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