La escopeta semiautomática

Impropiamente denominada "automática" por muchos cazadores, como si de una ametralladora se tratase, cuando en realidad es necesario accionar el disparador cada vez que se pretende disparar, autoalimentándose al mismo tiempo que arma o monta el sistema de percusión.

La reglamentación actual española no permite más de tres cartuchos en el arma.

La semiautomática es un arma de gran versatilidad desde el momento que permite la utilización de diferentes cañones según la modalidad de caza practicada, menor o mayor, así como su utilización en competiciones de tiro de pichón, hélices y skeet. Todo ello sin mencionar la utilización de diferentes chokes, intercambiables conocidos como "polichokes" y enroscables en la boca de salida del cañón, o los que se utilizan generalmente en el mercado norteamericano, fijos y regulables mediante un casquillo progresivo de variación inmediata.

Existen dos sistemas y de generaciones claramente diferenciadas, el de cañón móvil con muelle de compensación y el de recuperación por captación de los gases del disparo.

ESCOPETA SEMIAUTOMATICA DE CAÑON MOVIL:

En el primer sistema (comúnmente llamado "de muelles" o " Browning") y al producirse el retroceso ocasionado por la salida del o los proyectiles, el cañón y el cerrojo retroceden dentro del cajón de mecanismos hasta hacer tope y producir el desbloqueo, efectuándose la extracción, expulsión de la vaina y armado del martillo, todo ello en ese movimiento de retroceso. La alimentación del nuevo cartucho y el acerrojamiento se producen al ser reenviado hacia delante el cerrojo gracias al muelle recuperador.

ESCOPETA SEMIAUTOMATICA CON TOMA DE GAS:

En el sistema "de gases" el cañón es fijo, perfectamente ensamblado a la caja de la recámara, dentro de la que se desliza el cerrojo con los mecanismos de disparo, aprovechando la fuerza de una parte mínima de los gases generados por el disparo para empujar el pistón que desbloquea el cerrojo, que a su vez comprime un muelle en espiral que expulsa la vaina y posteriormente empuja otro cartucho hacia la recámara.
Las válvulas de compensación que montan este sistema utilizan únicamente el gas necesario en función de las potencias de los cartuchos utilizados, sacando el superfluo a través de unas aberturas, evitando que los componentes del arma involucrados en la acción sufran presiones excesivas y desgastes, reduciendo al mismo tiempo la sensación causada al tirador por el retroceso.