El setter

Es el “Dandy” de la caza. La elegancia de sus movimientos y, sobre todo, de sus paradas a la pieza confiere al hecho de cazar con él un aporte estético comparable a la danza o al mimo. Esta raza de perros tiene una capacidad innata para la caza de todo tipo, ahora bien, si queremos aprovechar su excepcional potencial cinegético lo dedicaremos al rastreo y muestra de pluma, donde solo se le puede comparar con el pointer

Fisonomía y variedades

El setter es de aspecto hermoso y muy elegante. De constitución estilizada, su alzada es de 50 a 60 cm y su peso oscila entre los 25 y 30 kg . La cabeza suele ser magra y larga, con un escalón bien definido; el hocico alargado y recto desde los ojos a la punta de la nariz. Los labios son colgantes , al igual que las orejas, situadas en la parte de atràs de la cabeza. Tiene ojos brillantes, inteligentes y de color café oscuro, y sus patas son musculosas y estilizadas.

Existen 3 variedades de setter:

El setter Gordon, de pelaje negro rojizo, es robusto y resistente.
El setter inglés viste pelaje blanco con manchas difuminadas de distintos colores y destaca por su rapidez y capacidad para cobrar piezas en sitios difíciles.
Por último, el setter irlandés, de color fuego, único para cazar en pantanos y que, debido a su pelaje y a la elegancia inherente a la raza, se ha puesto de moda como perro de lujo.

Señor del pantano

De olfato no tan fino como el pointer, le aventaja en otras cualidades no menos estimables. Así, su resistencia al cansancio es mayor, especialmente en terrenos pendientes y abruptos, y es insustituible en terrenos pantanosos, donde gracias a su pelaje largo y sedoso, puede cazar durante horas sin acusar cansancio. A pesar del natural nervio que le hace tan valioso para la caza, es un perro muy obediente y terriblemente cariñoso que siempre está pendiente de dar gusto a su amo.

Setter Ingles

Setter Irlandes

Setter Gordon

Pastor y cazador

Se supone que su nombre procede del vocablo inglés "sitting" (sentado), en referencia a la posición que toma durante la muestra de la pieza.

Sus orígenes se remontan a la Escocia del siglo XVIII, concretamente a la región de Fochambres, donde el setter hacía labores de perro pastor debido a su carácter obediente y vigilante. Su fino olfato hizo que la aristocracia de la zona pronto lo emplease en sus cacerías con excelentes resultados, hasta el punto que, en una de estas cacerías el Duque Alejandro V de Gordon quedó tan impresionado con una hembra de esta raza, que le puso el nombre de setter Gordon; ya estaba raceado el primero de los setter, el de Escocia.

Hasta que esta raza llegó a España el setter se asentó en Gran Bretaña, junto con el spaniel de pelo largo, formando un grupo canino-cinegético que englobaba a diferentes familias: Therstone, Southerk Lovat, Naworth, Castle Seafield, etc... Con el tiempo esta eutrópica y variopinta mezcla se homogeneiza por influencia de criadores ingleses.

Adiestramiento

Entrenar al setter pera la caza no es tarea fácil. Su educación debe ser clara y exhaustiva y, desde luego, hay que evitar confundirle y adiestrarle con prisas. En resumidas cuentas: si el dueño no está dispuesto a dedicarle gran parte de su tiempo, que encargue su educación a algún especialista. Los extraordinarios instintos de estos animales para la caza necesitan de más tiempo y dedicación para su desarrollo que la mayoría de sus semejantes.

Su carácter inteligente y deseoso de agradar al dueño desaconseja el uso de la fuerza o de los castigos. Será mucho más efectivo un poco de avergonzamiento. Su extremada sensibilidad y aversión al castigo son factores esenciales que debe conocer su entrenador. Una educación defectuosa puede dar lugar a un perro obstinado de poca o nula utilidad para la caza.